Aprovechando que el otro día nos fuimos hasta Venecia, he pensado que no sería mala idea seguir de vacaciones por Italia. Así que hoy visitaremos este pintoresco pueblecito costero rodeado de aguas transparentes y que se encuentra encaramado a una roca.
Casitas de pescadores con las barcas amarradas a sus puertas.
Rincones tranquilos para descansar después de las duras jornadas en la mar.
Callejuelas estrechas en las que es posible imaginar la vida que llevan las gentes que viven en este lugar.
Y pequeños talleres de artesanos, en los que, si tenéis un poco de paciencia y trabajáis con esmero, podréis llevaros una pequeña recompensa para adornar vuestra casa. Para ser el primero, no me ha quedado tan mal, no?
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